Human Rights Watch ha elaborado un informe titulado “Vivir en el
infierno: abusos contra personas con discapacidad psicosocial en
Indonesia”, que examina cómo las
personas con problemas de salud mental a menudo acaban encadenadas o
encerradas – sin su consentimiento – en instituciones hacinadas e
insalubres debido al estigma y a la ausencia de servicios de apoyo
comunitarios adecuados y de atención de salud mental.
En las propias
instituciones, afrontan violencia física y sexual; tratamientos
involuntarios, incluida la terapia electroconvulsiva; aislamiento;
restricciones y la anticoncepción forzada.
Encadenar a las personas con problemas de salud mental es ilegal en
Indonesia, sin embargo sigue siendo una práctica generalizada y brutal.