Tras
la administración de la OPV, el virus vacunal atenuado se multiplica en
el intestino durante un tiempo limitado, generando la producción de
anticuerpos que confieren la inmunidad.
Cuando la población está notablemente subinmunizada, el virus vacunal excretado puede seguir circulando durante un periodo más prolongado, y cuanto más tiempo sobreviva más cambios genéticos puede sufrir. Los virus vacunales pueden sufrir cambios genéticos que les confieran la capacidad de producir parálisis, creándose así los denominados poliovirus circulantes de origen vacunal (cVDPV).
Cuando la población está notablemente subinmunizada, el virus vacunal excretado puede seguir circulando durante un periodo más prolongado, y cuanto más tiempo sobreviva más cambios genéticos puede sufrir. Los virus vacunales pueden sufrir cambios genéticos que les confieran la capacidad de producir parálisis, creándose así los denominados poliovirus circulantes de origen vacunal (cVDPV).